Me sentí extraño e incómodo, en aquel almacén.
Todos parecían estar perfectamente e incluso
alguno llegó a la borrachera, a esa persona ya no le importaba demasiado el
lugar ni la gente. Entre cubata y cubata alguna parejita intercambiaba fluidos.
Pero hermano, yo no me sentía allí con la confianza necesaria para saltar y
dejar la pista en na' a mí eso no me va, ya me conoces yo soy romanticón y
cariñoso, soy un oso mimoso al que todo lo que sea repartir buen rollo, besos, abrazos
y de más le viene genial.
Mientras aguantaba mi mojito, sentado en esa
silla de plástico de color gris apareció ella, sí ella, mi modelito; ¡¡Dios
santo!! ¡¡Qué cuerpo!! Un vestidito corto de rayas horizontales rojas y blancas
no demasiado escotado, sencillo y provocativo acompañando a su liso, largo y escandaloso
cabello rubio que dejaba al resto de las escandalosas chicas que estaban en el almacén
en na'.
Entonces fue cuando me animé, ya hacía tiempo
que yo no me hacía partícipe, por no hacer no hacía ni por incluirme en el
grupo, pero me animé, me animé por despertar su atención o al menos la atención
de alguna de las presentes, agarré mi mojito, me coloqué mi gorro de paja y mis
gafas de sol y me lancé a dejar a toda esa gente que se pensaban ser los únicos
que sabían mover el esqueleto en mera escoria, iba a intentar separar a esas
parejitas con mi primer movimiento de cadera, pero… Salté al centro de aquel
sucio, viejo, mal cuidado y apestoso almacén y antes de dar el primer cuarto de
vuelta a mis caderas, va y abraza al más gordo y al mayor de los que allí
estábamos presentes, seguí allí haciendo como que sabía bailar, mientras Laura,
ella, le comía los morros al gordo, hablando claramente en plata.
“Ups, me he cansado de ésta dichosa
redacción, ahora me toca entregarme, en pleno o medio rendimiento a mi pequeño
y piadoso escuadrón de fragmentitos, breves, pero matones.”
Estoy en la clase de lengua, con mi profesor
preferido, ese escritor que hace que se me olvide ver los partidos de la
selección leyendo su blog, un blog llamativo, no tanto por estética, sino, por
contenido, estoy con un profesor en el que en más de una ocasión, en numerosos momentos
he soñado en compartir codo con codo una bonita y práctica profesión: “escritor.”
Estoy rodeado de una maná de petardos, por
los que daría, si fuera necesario, la vida, son feos con ganas pero gracias a
ellos yo soy el guapo del grupo y bueno también el inteligente y el atlético,
en este entrañable grupo solo destaca él, el mejor entre los mejores amigos del
planeta tierra, el pobre lleva aguantando mis pavos, tonterías, cambios,
parejas, viajes e incluso gilipolleces, el es mi mejor amigo, pues lo
compartido todo, e incluso en nuestro gran y fabuloso viaje de estudios
compartimos nuestros tres ligues. Él es Miguel, el hermano que siempre quise
tener.
No me quiero morir aquí en ésta aburrida
clase, así que como en el 85% de las ocasiones, echo mano a mi Smartphone, ese
pequeño artefacto de destrucción materno y paterno filiar. Una herramienta
totalmente brutal y tú bien lo sabes, en él casi todo funciona, y no es todo
porque sino los creadores de ordenadores desaparecen.
Soñé con ser un famoso y extraordinario
atleta al que le llovían las modelos, pero no de esas que sufren bulimia o
anorexia, y no es por discriminación, sino por gusto. ¿Es estético estar en las
guías? Quizás al haber tantos gustos como colores, un cuerpo fibroso y atlético
sea mucho más llamativo que un cuero enfermo o manipulado quirúrgicamente, pero
claro está, es cuestión de gustos.
“Lamentándolo mucho, tengo que dejar a mi
pequeño y piadoso escuadrón de fragmentitos breves, pero matones, para seguir
con la aburrida, pero obligada redacción, en la que me juego dos o tres cosas,
que más a delante, viendo el panorama me podré empezar a centrar, explicar y
llorar”
Mientras mis nervios se consumían al igual
que se consumía mi mojito pensé, sí pensé, resulta raro, pero lo hice y concluí
que, si no es ella, sería otra, si no pues otra y si no siempre quedaban varias
opciones en la que la primera opción y última que eligiese sería la de
sacerdote, pero no quiero ni pensar que he pensado en eso, la siguiente opción,
es decir la segunda, sería ser soltero, tal y como lo es mi tío David, el tío
tiene sus 40 años bien cumplidos, soltero rico y una vidorra como un marqués,
es político, y la última y preferible opción es esperar, esperar a mi media
naranja, es decir soy como Naranjito pero por la mitad. Mientras tanto, estoy
en el centro del almacén dándolo todo y siendo así el punto de mira de todos y
espero que también de todas, pero soy el centro de atención no por hacerlo
bien, ni mucho menos, sino porque soy el hazme reír de todos y cada uno de los
presentes, ella sigue con él, sentado uno encima del otro, es decir, ella
encima de él porque sino, pobre Laura, están sentados en la silla en la que
estaba yo, esa silla de color gris.
“Y ahora como referente, añadiré el
sentimiento y la vuelta a mi endiablados fragmentitos literarios”
Cualquier red social en la que te plantees
buscarme, por supuesto me encontrarás, pero aparezco por temporada o por
momentos del día, aunque parezca frustrante por más que recargo la página, no
recibo ni una sola interacción, en este caso hablando de Twitter.
Herramienta brutal, ataque masivo o
simplemente de amor, cualquier chorrada que puedas expresar con un puñado de
letras, es bienvenida pero de esto, si lo consigues y me refiero a encadenar un
grupito de letras adecuadamente así consiguiendo el sentimiento del lector en busca
del retweet.
“Tengo que sacar fuerzas de dónde sea, esto
se acabó, no se me ocurre nada más para la redacción, ya me he planteado el
final así que aquí está:”
Mi mojito se acababa, mis fuerzas y mis
ánimos ya estaban por los suelos, la feria del medio día estaba llegando a su
fin. Me recargué medio vaso de tinto de verano, y en un abrir y cerrar de ojos
aquello ya se había evaporado. Sinceramente ya no sentía el dolor, mi cabeza se
paseaba de gratis, y danzaba por las calles. De cabeza a la ducha, a la cama, y
de vuelta a lo que se le puede llamar mi fiesta.
Corregido por: Naiara Morillas (su blog)
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