Hay días momentos, situaciones en los que te das cuenta que los sueños
no existen, que tu única ambición desaparece con los besos de otro.
Hay cosas que cambian tanto de un año para otro… que volver
al mismo sitio justo 365 días después duele y quizás es porque sea el momento
de pasar página, de desconchar el champan y celebrar un año nuevo.
Cojones abre los ojos y date cuenta ya de que lo que pase ya
no te puede rodear, que mientras un día tan especial como se supone que tiene que ser
hoy, este apartado escribiendo esto, y nade se preocupe, en siquiera ver
si me pasa algo.
Veamos, puta soledad, puta amistad, putos nervios de los
cojones que jodieron la vida en cuestión de segundo, putas fechas, putos
sucesos que te destrozan. Rencor, odio.
Ingredientes del puchero más elaborado de la existencia,
sonrisas arrancadas y sueños inválidos.
Magia infinita, desprendimiento anónimo, sonrisas a mitad de
un beso. Que se bese con el otro.
Soledad despierta, amistad casi inexistente. Sonrisas que algún
individuo te arranco. Estar a punto de desaparecer, ahogarte en un mar de gotas
de alcohol.
Tacones altos, camisas desabrochadas y cacharro de ginebra
en mano, vestidos corto, bien replegados, zapatos del corte ingles y peinados
imposibles.
Y todo es porque solo hace horas estabas en el 2013. Cuando
te mirabas al espejo, a ver qué camisa te quedaba mejor.
Escuchar su voz y morir.
Desear desaparecer, por dejarme desvanecer en el inmenso
vacío del amar.
Follar a falsas sonrisas, a esa gente a la que ni le vas ni
le vienes.
Dejar que tu cubata se consuma en un mar de cubitos de
hielo.
Escuchar música que ni gusta, y todo es porque antes todo
era tan bonito.
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