PRISIONEROS.

Estamos encerrados, atrapados . Esa clase que no aguantas y te tienes que joder, esa clase en la que te quedas con cara de gilipollas. Esa clase en la que cada uno odia, para alguien es 1 o 2 o todas, quizás esas personas que no odian alguna clase o a algún profesor, son masoquistas pero. Pero donde iba. Estábamos sentados en las sillas marrones de hierro azul, con un libro cerrado, porque no mostramos ningún interés en aprender esa asignatura, que te hace dormir, y reventar el Wi-Fi del centro escolar en el que te encuentres. Imagínate 24 alumnos en Whatsapp, twitteando “que asco”, algunos mientras lo hacen escuchan la radio, mientras mira desesperada mente el blog de su profesor. Ese profesor, que inspira respecto y algo de miedo con su actitud, con su forma de vestir juvenil, que en alguna ocasión coincidió con su camiseta, con la camiseta de un alumno.
Sin embargo quizás…. Esa clase se mantenga odiada, o solo sea temporal 1 o 2 semanas, y esa clase que odias en un futuro sea tu trabajo, un trabajo en el que hables y una panda de niñatos no te hagan caso, y te acuerdes de eso, y se lo cuentes y hagas lo que siempre aseguraste no hacer.